Karcanum's Blog

Aquellos lugares por los que todos hemos caminado, han cambiado, ya no saben de igual manera. El recuerdo de aquellos días soleados se va desdibujando, hasta convertirse en una tenue foto en sepia. Pensando en que quizás es el frío, que tiene la particularidad perceptiva de hacer que el mundo parezca más grande, más sombrío, más amenazador. Pero no. No es sólo eso. Hoy el aire huele a pólvora. Se escuchan ecos de un peligro que acecha. Hay una urgencia que paraliza y, entre respiraciones entrecortadas, escuchamos el ruido ensordecedor de los propios latidos que, a su vez, se mezclan con el ruido de las agujas de un reloj.  El tiempo se acaba. Así como hace unos años, la vida tal como la conocíamos cambió durante mucho tiempo (y para algunos, este cambio fue y será irreversible), ahora las cosas cambiarán para siempre. Sólo un shock fue necesario, para que la línea temporal en curso fuese blindada.  Ya nadie podrá entrar ni salir de ella hasta su quiebre. En el Astral, ya hay muchos ser

  A menudo nos preguntamos cómo las personas son capaces de hacer ciertas cosas, contemplamos el horror y no podemos tomar dimensión de qué es lo que hace que una persona actúe de tal o cual manera. Basándonos en la comparación, obviamente, con nosotros mismos. Y no comprendemos, justamente, porque determinadas acciones, se encuentran fuera de nuestros límites. Nosotros no lo haríamos. Como es posible que otro sí? La respuesta es que no somos todos iguales, aunque llevemos grabado a fuego en nuestro ADN el sesgo religioso, hayamos elegido o no ser creyentes. Es parte de la programación limitante con la que venimos. Y en primer o segundo plano, se mantiene activa a niveles subconcientes incluso después de nuestra muerte. No somos todos iguales. Sí tiene muchas semejanzas el avatar, el traje o el cuerpo que vemos; que nuestra mente rápidamente agrupa bajo el sentido de pertenencia por raza, idioma, color, sexo o costumbres. Entonces dividimos entre "es de los nuestros" o "